lunes, 16 de enero de 2012

¿Seguir a Jesucristo es sufrir?

Muchos cristianos piensan que para poder ser agradables a Dios deben sufrir como lo hizo Jesús en la tierra, esto generalmente es reforzado por personas ateas o de religiones diversas. Pero, ¿como podemos pensar que siguiendo a Jesús tendremos sufrimiento, si Jesús es amor, es compasión y es misericordia?, al hacerlo caemos en el juego del enemigo de nuestras almas, quién engañosamente pone ese sentir y pensamiento en las personas para que de esta manera rechacen el camino que Dios quiere para nosotros.
Es importante que como cristianos estemos completamente convencidos que ya Jesucristo pagó el precio por nuestros pecados, sufrió por nosotros, fué hecho maldición y muerto en una cruz, para que precisamente nosotros no pasemos por eso, es tanto Su amor que hizo todo eso por Sus hijos.
Ahora bien, muchos cristianos me preguntarán, pero entonces porque alguno de los que me leen viven en un constante sufrimiento desde que recibieron a Jesús en vuestros corazones. La respuesta es sencilla, para que cada uno de nosotros, los hijos de Dios, redimidos del pecado y bautizados por el Espiritu Santo, podamos estar libre de todo sufrimiento, es necesario varias cosas, la primera que aprendamos a depender de Dios y no de nuestras fuerzas; segundo que sepamos que Dios es amor y está en control de todas las cosas, porque si tenemos en la mente y aceptamos el sufrimiento, este tomará posesión y siempre nos acompañará; tercero y la más importante, andar en la voluntad de Dios, si caminamos por donde nuestro Padre quiere que andemos y pedimos con mucha fe que tome el control y dirija el rumbo y el hacer de nuestras vidas, estaremos como pez en el agua, felices, gozosos y contentos, a pesar de dificultades que siempre se pueden presentar pero convencidos que junto a nuestro Padre somos invencibles e intocables por el enemigo si El no lo permite. En Romanos 12:2 nos habla precisamente de esto, primero de andar en la voluntad de Dios, la cual no incluye "amoldarnos" a este mundo, es decir, amar al mundo ni lo que ofrece, sólo clamar ser transformados por Su misericordia, así pues conseguiriamos caminar en la voluntad de Dios que es BUENA, AGRADABLE Y PERFECTA: "No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta." Romanos 12:2 (NVI)

No hay comentarios:

Publicar un comentario