Por: Pastor Alberto Arenas Mondragón.
En una ocasión un camión que transportaba canarios a una
veterinaria, iba parando en cada semáforo, al llegar en cada uno, salía
corriendo hacia la parte posterior del camión, agarraba un pedazo de madera y
comenzaba a golpear a un lado del camión. Nadie podía entender lo que estaba
haciendo, así que finalmente alguien le preguntó, “¿Qué está haciendo?” El dijo:
“Este es un camión solo para dos toneladas y estoy transportando 4 toneladas de
canarios y tengo que mantener dos toneladas de ellos en el aire todo el
tiempo.”
Muchos de ustedes que están allí golpeándose a ustedes mismos,
tratando de mantener todo en el aire para que no se vaya hacia abajo. Tenemos
una tendencia a estancarnos en la vida. Nos estancamos en las relaciones. Nos
estancamos con hábitos. Nos atascamos en duelo cuando perdemos a un ser querido.
Nos estancamos en ira. Nos estancamos en nuestro trabajo, en una relación
sexual. Y luego no podemos salir de allí y luego caemos en un círculo vicioso.
Una vez que te estancas entonces comienzas a sentirte culpable por haberte
detenido. Dices: Desearía poder salir de esto y no puedo cambiar; y luego viene
la ira y dices: “debería ser capaz de cambiar”, y te molestas contigo mismo.
Deberías ser capaz de salir de esto. Pero no lo haces. Y luego tu ira se vuelve
un temor que nunca vas poder salir de ese problema. Luego tu temor eventualmente
se vuelve depresión y comienzas a sentirte mal por ti mismo y a sentir lástima y
a resignarte, “Me doy por vencido no puedo cambiar.” Y comienza el ciclo de
nuevo y te estancas mucho más. ¿Cómo romper con ese estancamiento?
Paso 1 – Admitirlo, tengo un problema. El paso de la realidad.
Paso 2 – El paso de la Esperanza – No solamente soy incapaz
sino que Dios tiene el poder y El está dispuesto a ayudarme. El conoce mis
problemas y se interesa por mis problemas y por mí también. El conoce todo lo
que sucede en mi vida. El ofrece ayudarme a cambiar. Y ese el paso de la
Esperanza.
Pero no es suficiente saber que Dios te ayudará. Tienes que
actuar. Tienes que tomar decisiones. Tienes que cruzar la línea.
PASO 3 - - CONCIENTEMENTE ELIJO ENTREGAR TODA MI VIDA Y
VOLUNTAD AL CUIDADO Y CONTROL DE CRISTO.
Este paso está basado en lo que Jesús dijo en Mateo 11:28
“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y fatigados y les daré
descanso. Lleven mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí porque mi yugo es fácil
y mi carga es ligera.” Jesús dice, “Vengan a Mí.” Es la
invitación de Dios. Haré tu vida más fácil. Haré tu carga más ligera. Tendrás
alivio. Tendrás liberación. Tendrás descanso. Serás rejuvenecido. Dame el
control y cuidado de tu vida y observa lo que hago. La vida será mucho más
fácil. Menos estresante.
I. ¿Qué me detiene de hacer eso?
1. El Orgullo. Prov. 18:12 “La gente
arrogante va camino a la ruina porque no admitirán cuando necesiten
ayuda.” ¿Cuántos padres no se detendrán para pedir direcciones? Prov.
10:8 “El necio auto suficiente cae directamente sobre su rostro.”
Quizás no estés listo para dar este paso. Quizás no estás listo para decir: “Le
doy el control y cuidado de mi vida a Cristo. No estoy listo para hacer eso
todavía.” Todo lo que necesitas es una gran dosis de dolor. Dios alegremente
permitirá que lo obtengas para llamar tu atención.
2. La Culpa. Quizás me avergüenza pedirle a Dios
que me ayude. Salmos 40:13 “Problemas muy grandes para resolver aumentan
sobre mi cabeza. Mientras tanto, mis pecados también muchos, me han atrapado y
tengo vergüenza de levantar mi rostro.” ¿Te has sentido así alguna vez?
“Me da vergüenza levantar mi mirada. No quiero pedirle ayuda a Dios. Tú sabes
cuantas veces le has pedido a Dios que te ayude y has hecho promesas y las ha
roto. Dios si tan solamente me sacaras de esta... Me avergüenza pedirle ayuda a
Dios. No sabes todas las cosas malas que he hecho. No podría ir ante Dios y
pedirle ayuda.” Estás equivocado. No hay pecado que Dios no pueda perdonar. Y El
desea ayudarte. No permitas que el orgullo o la culpa te detengan de dar este
paso. El desea perdonar tu culpa.
3. El Temor. Tengo miedo de lo que tenga que
dejar. Gritabas: “¡Alguien que me ayude!” Escucha la voz de Dios: “Este es el
Señor, confía en Mí, suéltate y te sostendré.” Dios es el último recurso.
¿Conoces lo que es la libertad? La libertad es decidir quien controla tu vida.
Cuando das tu vida al cuidado y control de Cristo. El te libera. El dijo: “Los
que pecan son esclavos del pecado, pero si conoces la verdad, la verdad te hará
libre.” Jesús dice, “Yo te hago libre.” “Vas a tener que servirle a alguien.”
Aún si tengas que ser tu propio ego. La verdadera libertad es elegir quien será
tu amo. Así que, ¿a qué le temes? ¿De qué te estás sosteniendo que piensas: “No
puedo soltar esto como para entregar mi vida a Dios” Una relación, ambición, un
hábito, un estilo de vida, una posesión.
“¿De qué le sirve al hombre si gana el mundo entero y pierde su
alma en el proceso? ¿Hay algo que tenga más valor que su alma?” No. Cuando des
este Tercer paso entrega todo. Porque Él toma lo que le haz entregado, Él lo
cambia, Le das nuevo significado, un nuevo sentido, nueva validez, se lo das de
regreso en una forma completamente nueva.
Si has tenido temor de abrir tu vida al cuidado y control de
Cristo, no te preocupes acerca de las cosas específicas que tengas que entregar.
No te preocupe por eso. Si te enfocas en las cosas específicas nunca tomarás la
gran decisión la cual es el paso a la recuperación. Simplemente ven a Dios
4. La Preocupación. Esto te detiene de
entregar tu vida al cuidado y control de Cristo. Confundimos la fase de tomar la
decisión con la fase de resolución de problemas. Hace tiempo en 1963 cuando JF
Kennedy anunció públicamente “vamos a poner a un hombre en la luna al final de
la década.” Esa fue la decisión. ¿Tenía todos los problemas resueltos cuando
tomó esa decisión? No. Si eres un buen gerente sabes que nunca debes confundir
el tomar decisiones con resolver problemas. Si los confundes, nunca tomas la
decisión. Debes tomar la decisión y luego resolver los problemas. Kennedy dijo,
“Vamos a ir a la luna,” luego fue la NASA el resolver esos problemas.
La vida Cristiana es una decisión seguida de un proceso. Lo
mismo con la recuperación. Es una decisión seguida de un proceso. De todo lo que
estoy hablando hoy es de la decisión. Está bien, hagámoslo, apropiémonos.
Llegas a un punto donde dices: “Sí, necesito algo más allá de
mí mismo.” Estás ablandando tu orgullo. “Necesito ayuda. Necesito a Dios en mi
vida. Hay mucho estrés.” Cuando das este paso lo que está sucediendo es que Dios
quiere para tu vida la conversión o ser nacido de nuevo. Solamente significa que
Dios pone su presencia en mi vida. ¿Significa eso que todo en mi vida es
perfecto? Absolutamente no. Significa que Dios está en tu vida, El te va a
liberar poco a poco. Es un proceso. Así que no te preocupes por eso. Solamente
confía en Dios. “Deposita toda tu ansiedad en Dios porque El tiene cuidado de
ti.” El dice: “Tengo cuidado de ti. Te sostengo en mi mano.”
Cuando mis hijos y yo cruzamos una calle muy transitada los
agarro fuertemente de sus manos. Y mientras cruzamos la calle ellos desean, como
todo niño, salir corriendo y soltarse. Pero no importaba cuanto ellos desean
salir corriendo, no los dejo soltarse de mis manos porque los amo. Hay momentos
en tu vida que tomas decisiones, “Dios, yo no creo que quiera ser un creyente en
este momento.” Es un poco difícil mantener mi ética y pueda que me resista y
quiera soltarme de tu mano, pero una vez que te hayas tomado de Su mano, El
también toma la tuya y no te soltará. 2 Timoteo 1:12 dice, “El es fiel
para cuidar lo que le he confiado hasta aquel día.” Y en Filipenses 1:6.
”El que comenzó en usted la buena obra, será fiel en ayudarle a crecer en
Su gracia hasta que Su obra este finalmente completada”
5. La Duda. “Quiero creer pero mi fe parece ser
tan pequeña.” Necesitas conocer la historia de un hombre en la Biblia llamado
Jairo. Jairo vino en una ocasión a Jesús “Señor se que puedes sanar a las
personas. Mi hija necesita ser sanada.” Jesús le respondió “Si tienes fe
entonces ella sanará.” Jairo fue verdaderamente honesto. El dijo, “Señor, tengo
muchas dudas. Quiero creer. Ayúdame con mi incredulidad.” Jesús dijo, “Eso es
suficiente.” Y sanó a la niña. Quizás necesitas decir como Jairo, “Dios quiero
creer que me ayudarás con mi vida. Ayúdame con mi incredulidad.” Eso es
suficiente. ¿No tengo que tener una gran fe? Mira lo que dice la Biblia Mateo
17:20 “Si tienes fe tan pequeña como una semilla de mostaza, nada será
imposible para ti.” No es el tamaño de su fe lo que importa, es el
tamaño de lo que pones en ella, el tamaño de tu Dios. Puedes tener una fe
gigante, aplicándola en algo incorrecto y no obtener resultados. Fe no es el
punto. El punto es que lo que pones en ella. Un poco de fe en un gran Dios
logras grandes resultados. No permitas que ninguna de estas cosas te detengan de
dar este paso.
II. ¿CÓMO DOY ESTE PASO?
1. Acepto al Hijo de Dios como mi Salvador.
Necesito ser salvo. Necesito ayuda. Me doy cuenta que lo necesito en mi vida.
“Cree en el Señor Jesús y serás salvo.” ¿Qué significa? Significa comprometerme
tanto como entienda en este momento a lo que entienda que es Cristo en este
momento. Eso es suficiente.
2. Acepto la Palabra de Dios como parámetro de mi
vida. Desde ahora en adelante tengo un manual por medio del cual voy a
vivir mi vida. Es la Biblia. Dios dice este es su modelo por medio del cual
evalúan la vida a tu alrededor. 2 Timoteo 3:16 “Toda la Escritura es
inspirado por Dios y útil para enseñar la fe, y corregir errores y para volver a
iniciar la dirección en la vida de un hombre, entrenándolo en buena
vida.”
3. Acepto la voluntad de Dios como mi meta en la
vida. Dios, ¿Qué quieres que haga? La primera pregunta que siempre hago
es “Señor, tu me despertaste esta mañana. Obviamente significa que tienes otro
día para mí, un propósito para mi vida. ¿Qué quieres que haga con eso?” Como
David dice “Me deleito en hacer tu voluntad.” Busco siempre la voluntad de Dios.
“Dios, Estoy dispuesto a hacer todo, donde sea, cuando sea. Ni tan siquiera
tengo que entenderlo pero estoy viviendo mi vida en Tus términos porque Tu me
hiciste por una razón. Tienes un propósito y quiero cumplir ese propósito para
el cual me hiciste.” Y la voluntad de Dios se vuelve la estrategia para mi vida,
ya sea que la entienda o no.
4. Acepto el poder de Dios como mi fuerza.
Filipenses 4:13 “Puedo hacer todo lo que Dios me pida con la ayuda de
Cristo quien me da el poder y la fuera.” Ya no más tengo que confiar en
mi propia energía. Las cosas funcionan mejor cuando están conectadas. Conéctate
a Dios, no estás tan cansado todo el tiempo. Dios dice te daré Mi poder para
hacer todo lo que quiero que seas.
Jesús dice En Apocalipsis 3:20 “Estoy a la puerta y
llamo. Si alguno oye Mi voz y abre la puerta entraré y tendré comunión con
el.” Jesús dice “Estoy a la puerta de tu vida y estoy tocando y estoy
diciendo que quiero entrar en tu vida” pero El es un caballero. El no derrumba
la puerta. El Paso Tres significa abrir la puerta. La llave que abre esa puerta
es la disposición. “La fuerza de voluntad es disposición para aceptar el poder
de Dios.” No necesitas fuerza de voluntad; necesitas disposición para aceptar el
poder de Dios en tu vida, vivir bajo Su control, Su sistema. El quiere
controlarte a su manera, ser tu propio jefe, dictar tu propio destino aún si eso
significa volar directo hacia una montaña o árbol.
Es muy importante para que permitas que alguien más sepa de tu
decisión y tomar este compromiso.
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